Bang & Olufsen Carro vacío : Cart is empty

Alastair Philip Wiper

Entrevista

Fotógrafo y autor de The Art of Impossible: The Bang & Olufsen Design Story ("El arte de lo imposible: la historia de diseño de Bang & Olufsen") nos habla de su fascinación por la industria pesada, de su toma de imágenes del Gran Colisionador de Hadrones del CERN y de cómo removió cielo y tierra dentro de los archivos de B&O para encontrar prototipos de producto.

  • Imagen de la fábrica de producción
  • bajo la cubierta de un altavoz B&O

¿Cómo se hizo fotógrafo?

Soy de un sitio llamado Guildford, que está a unos 50 kilómetros de Londres. Tras estudiar filosofía y política en el Reino Unido, decidí viajar un poco. Conocí a una chica danesa mientras trabajaba de instructor de esquí en Francia. La seguí hasta Dinamarca y no me arrepiento. Eso fue en 2004. Rompí con la chica unos años después y encontré otra chica danesa. Y ahora tengo niños, casa: ¡el pack completo! Cuando llegué aquí, realmente, era cocinero. Pero empecé a interesarme por el diseño gráfico, aprendí unas cuantas cosas como autodidacta y acabé trabajando para el diseñador y artista Henrik Vibskov. Trabajé para él durante ocho años y durante ese tiempo me hice con una cámara y empecé a jugar con ella. Antes de darme cuenta, era tanto el fotógrafo como el diseñador gráfico.

Fotografía un montón de asuntos diferentes: proyectos industriales, científicos y arquitectónicos. ¿Qué encuentra interesante en ellos?

Me encanta estar entre bastidores y ver cosas que otra gente no tiene la oportunidad de ver. Me siento tremendamente afortunado por ello. Estoy especialmente interesado en el trabajo industrial y científico porque aquí puedo conocer de primera mano las increíbles soluciones que idean los seres humanos para resolver los problemas. Por ejemplo, construir enormes infraestructuras para proveer de energía a las ciudades, o de cerdo a continentes enteros. O gigantescas máquinas que pueden analizar hasta las partículas más pequeñas del universo para ayudarnos a entender en qué consiste verdaderamente la vida. Las cosas arquitectónicas que hago tienden a ser un poco más desenfadadas. Pero aun así sigo utilizando el mismo enfoque. No soy un fotógrafo de arquitectura al uso. Estoy más interesado en encontrar el trabajo de arquitectos excéntricos y casi olvidados que estaban haciendo cosas fuera de lo común y mostrando su trabajo de maneras nuevas. Como el trabajo de Jacques Labro en Avoriaz o el de César Manrique en Lanzarote. Hace unos años, también comencé a escribir, porque sentía que le aportaba a mis imágenes cierto contexto adicional. Quiero que la gente se haga una idea de mis sensaciones al visitar estos lugares y agregar cierta información que creo que hace más interesantes estas fotos.

Mujer transportando la pantalla de un televisor

¿Cómo comenzó a tomar fotos de estos temas?

Hace cosa de cinco años, me crucé con un par de fotógrafos que trabajaban para las "grandes industrias" en los años 50 y 60: Wolfgang Sievers y Maurice Broomfield. Ambos fotografiaban grandes refinerías de petróleo y plantas de fabricación en una época en la que las empresas propietarias estaban orgullosas de ellas y no avergonzadas, como tienden a estarlo hoy en día.

parte superior de Beoplay 90 sin la cubierta

Quedé totalmente cautivado. Fue como si se me encendiese la bombilla y supiese en ese instante qué quería fotografiar. Así que empecé a investigar como un loco y a usar mi encanto natural para acceder a todas esas oportunidades que me permitiesen crear cartera fotográfica. Durante los últimos años, gran parte de mi tiempo lo he empleado aprendiendo a saber quién es la persona oportuna para brindarme esa oportunidad y cómo convencerla de que me dejasen acceder a sus instalaciones.

¿Le llegan los temas por sí solos o tiene que salir a buscarlos?

Hoy en día tengo la suficiente suerte de que me encarguen trabajo comercial y editorial que encuentro muy interesante. Pero sigo dedicando mucho tiempo a investigar lugares que visitar para proyectos personales. Puede costar mucho acceder a según qué sitios. A veces me doy de bruces con una pared al dar con la persona equivocada que simplemente no comprende qué trato de hacer, o por qué el proyecto también podría ser interesante para ellos. Pero, como ya he dicho, cada vez se me da mejor arreglármelas.

Uno de los lugares donde lo tuve más fácil fue precisamente el sitio al que pensé que más me costaría acceder: el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, en Suiza. Cuando emprendí el proyecto, planeé un viaje hasta allí solamente para hacer la visita turística normal. Pero también envié un correo electrónico a su oficina de prensa preguntando si había algo que yo pudiese ver y que otros turistas no pudieran presenciar. Y, para mi sorpresa, me ofrecieron una visita guiada privada. Esa tarde, mi guía fue un ingeniero que había trabajado en el LHC durante cosa de 30 años. Mantuvimos el contacto, y he vuelto allí dos veces. La última vez, CERN me encargó fotografiar sus instalaciones, lo que para mí era un auténtico sueño.

Beolab 90 durante su fabricación

¿Cuál es su proyecto favorito?

Uno que destaca realmente fue fotografiar el edificio de la Triple E de Maersk en Corea del Sur, que es el mayor buque para contenedores del mundo, para la revista Wired. Fue increíble poder ver cómo elevaban estos enormes bloques del buque y los ensamblaban como si de ladrillos de Lego se tratase. También me encanta la serie que hice para el matadero de Danish Crown en Horsens, uno de los mayores mataderos del mundo.

Fue visualmente increíble ver toda esta carne rosada en una infraestructura tan sistematizada. Tiene un punto de humor negro que me gusta mucho. Como gran amante de la gastronomía que soy, opino que deberíamos entablar un debate muy interesante acerca de cómo consumimos este tipo de comida. De hecho, he vendido bastantes impresiones de esa serie en un tamaño muy grande, y me divierte pensar que alguien pueda tener una de ellas colgada sobre su chimenea... o sobre su cama.

¡Y, por supuesto, crear el libro The Art of Impossible!

Imagen del libro de Alastair Philip Wiper <i>The Art of Impossible</i>

¿Cómo llegó el libro a cobrar vida?

Bang & Olufsen es para mí un recuerdo de infancia, mi abuelo tenía un televisor B&O, y siempre lo he tenido en el radar como empresa de verdadero interés. Cuando me mudé a Dinamarca, me volví incluso más consciente de ello, y obviamente era el tipo de empresa que deseaba explorar. A través de un amigo, concerté una reunión con un alto cargo de la empresa y les vendí la idea de crear este libro. Y, para mi sorpresa, se mostraron totalmente a favor. Pude realmente crear el libro que quería, sin apenas interferencias.

"Hay muy pocas imágenes de productos en sí en el libro, porque se pueden ver en otros sitios. Estaba más interesado en aquellas cosas que no se encuentran en otros lados".

Alastair Philip Wiper

La empresa tiene tanta historia y tantos productos emblemáticos. Quería mostrar todo aquello de una manera nunca vista. Algo que se alejase del marketing vacuo. Conseguimos la colaboración de una buena casa editorial, Thames & Hudson, y me dispuse a explorar las instalaciones en Struer: registrando los sótanos en busca de viejos prototipos, paseando por la fábrica y viendo cómo se probaban los productos en el departamento de I+D. Hay muy pocas imágenes de productos en sí en el libro, porque se pueden ver en otros sitios. Estaba más interesado en aquellas cosas que no se ven normalmente. Quería que fuese divertido hojearlo y que sacase una sonrisa a la gente. Lo último que quería era crear un libro de diseño aburrido.

La larga pared de imágenes de los empleados que han trabajado para B&O durante más de 25 años

¿Cuál es para usted el momento más destacado del proyecto de <i>The Art of Impossible</i>?

Hay una pared de 30 metros de largo en el comedor de la Fábrica 4 en Struer que tiene la cara de todo el mundo que ha trabajado para B&O durante más de 25 años. La llaman el "Muro de la fama" y tiene 1231 fotos. Es muy impresionante pensar que hayan trabajado tantas personas allí durante tanto tiempo. Esta pared se convirtió en una de las inspiraciones para el libro.

Así que decidimos reproducirlo en su totalidad en el libro, ocupando 14 páginas. Pensé que tanto B&O como la editorial pensarían que era una exageración, pero a todo el mundo le gustó la idea. Puede que haya imágenes más "épicas" en el libro, pero creo que si hay una parte que realmente me hace sonreír es esa sección (y ver los cambios de peinado y gafas a lo largo de 70 años también es bastante divertido).

  • Corte de Beosound Ouverture (izquierda), dos generaciones de B&O (derecha superior), portada de <i>The Art of Impossible</i> (inferior derecha)

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